sábado, 13 de noviembre de 2010

Abandono

En la oscuridad de la noche
una mujer llora angustiada,
su profunda agonía
en su prision de soledad infinita.
En vano intenta liberarse del yugo
con que los fantasmas la oprimen,
son cadenas invisibles
de incomprensión, mentira y cobardía.
Oh, Señor, qué desesperanza la invade,
si la sangre en agua se tornase
como la noche en día,
como la luna en sol,
se ahogaría en el océano del purgatorio.

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