sábado, 13 de noviembre de 2010

Perdón

Perdonar no es una simple concesión,
ni es tampoco un sentimiento incondicional e inconsciente
a una autoridad irracional,
o una debilidad disfrazada
con las vestiduras de la bondad.
Perdonar es olvidar que alguna vez fuimos esclavos
de los rencores propios y ajenos,
que alguna vez mentimos
por temor a que nos mintieran,
que alguna vez no vimos
para no morirnos de vergüenza y de pena.

Olvidar es la esperanza
de volver a ver el sol cada mañana,
de volver a creer aunque nos mientan,
de percibir en otros
lo que no vimos dentro de nosotros mismos,
y derribar las barreras de la incomprensión
que nuestro orgullo erigió ante los demás,
y sentirlos en nuestro interior.

Olvidar es aceptar los errores del pasado
y tratar de enmendarlos en el presente,
y admitir aunque lo refutemos
que ya nunca seremos quienes fuimos,
y no permitir nunca mas
que los remordimientos nos amarguen la vida.

Perdonar es olvidar para reencontrarnos con el otro,
y olvidar es la posibilidad siempre nueva
de volver a amar aunque nos hieran.

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