sábado, 13 de noviembre de 2010

Pereza

Despierta corazón, sacude esa insidiosa pereza,
que aun no ha llegado la hora de rendirse,
aun se asoman los rayos del sol
por las rendijas de tu sinrazón,
iluminando con su luz
la penumbra de la aurora.
Deja que ese resplandor que baña tu rostro
guié tus pasos inciertos,
aunque a veces interrumpa tu sueño,
aunque por momentos te ciegue su brillo
y amenace con robarte la paz del espíritu.
No importa, mi bien,
pues siempre habrá tiempo, más adelante,
para que el sol descanse,
se desvanezca su luz
y la oscuridad vuelva ….

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